Aquí queda archivado, eternamente,
el encanto de antiguas navidades,
y el sueño de floridas mocedades
que al corazón besaron tiernamente.
Aquí se guardan todas las verdades
que la historia recoge diariamente,
aquí el tiempo se queda eternamente
para darle respuesta a las edades.
Aquí prosigue felizmente vivo
el nombre del abuelo venerado,
raíz y floración del propio archivo.
Y aquí se guarda siempre la memoria
de esta patria que tiene en su pasado
la fuente luminosa de su historia.
Navidad 1968.